
El
22 de abril es considerado el Día Internacional de la Madre Tierra
Desde
1970, el 22 de abril de cada año se celebra el Día Internacional de la Tierra.
En esta fecha se busca concientizar a la población sobre la importancia de la
conservación del ambiente y el uso responsable de los recursos, así como
reconocer la importancia de todos los seres vivos. El lema del Día de la Tierra
2025
es "Nuestro poder, nuestro planeta".
Este
lema hace un llamado a la acción para proteger el planeta, y se centra en la
necesidad de: Utilizar más energías renovables, Reducir el consumo de plástico,
Proteger la biodiversidad, Promover la economía circular, Cooperar a nivel
local y global. El Día Mundial de la Tierra se celebra el 22 de abril de
cada año. En 2025 se cumplirá el 55 aniversario de esta celebración.
Los
ecosistemas sustentan todas las formas de vida de la Tierra, de su bienestar
depende la salud del planeta. Nuestro planeta alberga una diversidad de
ecosistemas, en ella las plantas, animales, microorganismos, le dan vida. La
biodiversidad mantiene el equilibrio del ecosistema y genera vida a través de
la polinización, el ciclo del agua y el clima. El aire y el clima se regulan a
través de procesos de absorción de dióxido de carbono y la fotosíntesis. Los
bosques y los océanos nos dan agua dulce por un complejo sistema hidrológico
del agua y los bosques son los pulmones.
Los
ecosistemas proporcionan al ser humano y todas las formas de vida recursos
naturales, alimentos y medios de vida. La diversidad de suelos genera
diversidad de alimentos en un ciclo vital de crecimiento de plantas y estas
otorgando nutrientes al suelo.
En
un mundo donde los cambios ambientales son cada vez más adversos, es crucial
detenernos y reflexionar sobre el estado de nuestra Tierra. ¿Estamos
manteniendo un equilibrio sostenible con la naturaleza o estamos perturbando
irreversiblemente los delicados sistemas que nos sustentan?
Los
ecosistemas se ven afectados por una serie de acciones que el ser humano ha
estado realizando desde hace siglos, pero más en las últimas décadas. Los
efectos los vemos hoy, ellos son:
La
pérdida de hábitat y deforestación por efecto del crecimiento de las áreas
urbanas, agrícolas conduce a la pérdida y fragmentación de hábitats naturales,
lo que reduce la biodiversidad y amenaza la supervivencia de muchas especies.
La
contaminación del aire, el agua y el suelo por sustancias químicas tóxicas,
desechos industriales, agrícolas y domésticos.
El
cambio climático por el aumento de las emisiones de gases de efecto
invernadero. El dióxido de carbono (CO2) y el metano, provocan el aumento de
las temperaturas, los eventos climáticos extremos y la acidificación de los
océanos.
La
sobreexplotación de recursos naturales como la pesca excesiva, la tala de
bosques, la minería irresponsable y la extracción de agua, agota los recursos
naturales.
La
introducción de especies exóticas invasoras puede tener efectos devastadores en
los ecosistemas nativos al competir con las especies locales por recursos,
alterar los ciclos naturales.
La
extracción excesiva de agua para uso agrícola, industrial y doméstico está
provocando la disminución de los niveles de agua subterránea y de superficie.
La
construcción de carreteras, represas y otras infraestructuras fragmentan y
alteran los ecosistemas naturales, lo que puede interrumpir los patrones de
migración de la fauna, reducir la conectividad entre áreas protegidas y
aumentar la mortalidad de especies.
Nosotros
podemos realizar acciones, en pro del medio ambiente, podemos conocer sobre los
problemas ambientales y compartir ese conocimiento con amigos, familiares y
comunidades. Podemos educarnos para concientizar y exigir a los gobiernos y las
empresas para que tomen medidas más efectivas.
Podemos
involucrarnos en la política local y nacional para abogar por políticas más
sólidas en materia de medio ambiente. Elegir candidatos comprometidos con la
acción climática y participar en protestas y actividades de incidencia. Unirnos
a organizaciones comunitarias y grupos de acción climática puede fortalecer la
voz colectiva y trabajar juntos para implementar soluciones locales.
En
la vida diaria, podemos adoptar prácticas más sostenibles como reducir el
consumo de carne, utilizar el transporte público, ahorrar energía y agua,
reciclar y reducir el desperdicio, no utilizar plásticos. Todos ellos pueden
tener un impacto positivo enviando señales a los demás para que sigan nuestras
acciones.
Elegir
productos y servicios de empresas que adoptan prácticas sostenibles y
respetuosas con el medio ambiente. Apoyo a estas empresas cuyos productos
sostenibles pueden influir en las prácticas comerciales y fomentar cambios.El
proyecto ambiental escolar – PRAE- invita a toda la comunidad educativa
del Instituto Gabriel García Márquez a tomar acciones en favor de nuestro
planeta: como reducir el consumo de agua, no desperdiciarla, ahorro de energía
al apagar los interruptores cuando no estamos en aulas de clase u oficinas,
reciclar, reutilizar y cuidar la biodiversidad.
